Si visita la frontera entre EE. UU. y México, regrese y cuente su historia

Expertas en inmigración comparten sus consejos y su aliento durante «La hora del café»

por Mike Ferguson | Servicio Presbiteriano de noticias

Las invitadas de «La hora del café» con el Rvdo. Dr. J. Herbert Nelson, II, son desde la izquierda Teresa Waggener, abogada de la Oficina de Asuntos de Inmigración, y Amanda Craft, gestora para la incidencia en la misma oficina. (Foto por Randy Hobson)

LOUISVILLE — En lugar de confiar en los medios de comunicación o las versiones del gobierno sobre lo que está pasando en la frontera entre Estados Unidos y México, es mejor que el pueblo presbiteriano dialogue con las personas y asociados que laboran en la cuestión de la inmigración.

«Si su grupo va a la frontera, cuente su historia cuando regrese a casa», dijo Teresa Waggener, abogada de la Oficina de Asuntos de Inmigración, al Rvdo. Dr. J. Herbert Nelson II, secretario permanente de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.), durante el video en vivo de «la hora del café» emitido por Facebook el lunes. Predique un sermón, escriba una carta al editor u otorgue una entrevista con un reportero, sugirió.

«Es gritar a los cuatro vientos que cambian la retórica», dijo.

Amanda Craft, gestora para la incidencia en la Oficina de Asuntos de Inmigración, dijo que si se escucha personalmente lo que los solicitantes de asilo y los deportados han sufrido «nos permite ver la cara de ese hermano o hermana delante de nosotros» y nos ayuda «a comprender nuestra forma de alimentar a un sistema que es realmente muy vergonzoso»

«Tómese el tiempo de buscar», dijo ella, «y averiguar lo que está sucediendo realmente».

La Oficina de Asuntos de Inmigración presenta historias directamente de aquellas personas cuyas vidas se ven afectadas a través de su sitio de Facebook, Presbyterians for Just Immigration.

Cada vez más, el acompañamiento de familiares a centros donde sus seres queridos están siendo detenidos y sufrir el duelo junto a ellos «forma parte de la vida de una gran cantidad de pastores/as y ancianos/as», dijo Waggener.

«Ahora el cuidado pastoral es estar sentado en una oficina (de Control de Aduanas e Inmigración)», dijo Nelson. «Esto se está convirtiendo en el rol de la iglesia en muchos casos».

Según Waggener, el pueblo presbiteriano ha estado hablando oficialmente sobre la política de inmigración desde finales del siglo XIX, cuando los trabajadores chinos fueron excluidos de los EE. UU. bajo la Ley de Exclusión China. El pueblo presbiteriano estaba entre las organizaciones religiosas que ayudaron a refugiados judíos a asentarse en los EE. UU. durante la década de los cuarenta.

Ella dijo que el proceso de investigación de antecedentes de refugiados «no es tan fácil como lo pinta los medios de comunicación. Es un proceso consciente y prudente. Es también un proceso de bienvenida, amoroso», como lo fue después del horror de la Segunda Guerra Mundial.

Craft describe la lista de personas que actualmente se encuentran en centros de detención como significativa, con un máximo de 40.000 personas detenidas en cualquier momento dado, donde 14.000 de ellos son niños. Alrededor del 75 por ciento de los centros son propiedad y de operación privada.

Nelson declaró que las empresas que se benefician de encarcelar a refugiados como «un problema moral». La gente de fe dijo, «tiene la responsabilidad de desafiar este sistema … esto no es necesariamente la tierra de las personas libres y el hogar de las valientes».

Craft anteriormente trabajó como trabajadora en misión en Guatemala y México. «Es muy difícil entender como es el viaje» dijo. «La gente viene a los EE. UU. pensando que esto es la tierra de las leyes, la tierra de protección. Se encuentran con agentes de aduanas y protección de fronteras, son entrevistados, separados de su familia y colocados en un centro de detención».

Una vez que los detenidos son liberados, a menudo se encuentran en un servicio de adoración «donde se puede ver que respiran de nuevo», dijo. «Siempre nos quedamos sorprendidos de cómo Dios se revela en esos encuentros. Podemos dejarlo pasar si no estamos abiertos a esto».

A lo largo de la frontera de McAllen, Texas, con esta idea para ayudar a las personas que esperan a lo largo del puente fronterizo fue la gente de fe que trajo orden al caos, Waggener dijo: en vez de volver a reorganizarse al día siguiente en el punto del día anterior, ¿por qué no crear una lista, en orden, de aquellas personas que esperan para hablar con los funcionarios de inmigración?

«Han creado orden desde el desorden que nuestra nación ha creado para ellos», dijo.

Al final de la charla, Nelson recordó a los oyentes que Jesús era el que «nos ha llamado para dar la bienvenida a las personas perdidas … tenemos la responsabilidad con aquellas personas que están luchando en los márgenes, porque hemos creado los márgenes y esto va en contra del Evangelio».

«No puede decir que no sabía esto ahora», dijo Nelson. «La pregunta es, ¿quiere correr el riesgo durante este tiempo de Adviento? Vamos a participar y a comprometerse. No hay ninguna razón para sentarse en el banquillo. Podemos hacerlo. Podemos transformar el mundo y esta nación, y en última instancia, vamos a transformarnos mutuamente».

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