Ministerio misional en Puerto Rico

El pueblo presbiteriano tiene una presencia en el este de Puerto Rico gracias a las 1001 Comunidades de Adoración

por Paul Seebeck | Servicio Presbiteriano de Noticias

RIO GRANDE, Puerto Rico – Cuando Puerto Rico se convirtió en un territorio de los Estados Unidos después de la guerra hispano-americana, los misioneros en la isla recibieron áreas misioneras. Al pueblo presbiteriano se les asignó el lado occidental de la isla, que es donde vive la mayoría de las personas presbiterianas.

Pero ahora, por primera vez, el pueblo Presbiteriano tiene presencia en el lado oriental de la isla a través de una 1001 Comunidad de Adoración; La misión presbiteriana de Rio Grande.

«Lo que motiva a la iglesia es lo que Jesús nos enseñó, ir hacia la gente», dice la Rvda. Eileen Rivas. «Como discípulos de Jesús, si podemos estar allí para satisfacer sus necesidades, eso es lo que creemos que debe ser la iglesia».

Antes de que se formara oficialmente la Iglesia Presbiteriana en Río Grande, aquellas personas que pertenecían a la comunidad de adoración comenzaron a dar botellas de agua en la plaza pública de Río Grande, en el centro de la ciudad.

«Ellos no esperan que la gente venga a ellos», dice Vera White, Coordinadora de 1001 Comunidades de Adoración. «En lugar de eso ellos van a donde está la gente».

La iglesia trabaja con las comunidades de viviendas públicas en Río Grande, al ser anfitriona de actividades como «noches de cine familiar» y «actividades de campamento de verano» para los niños, con la esperanza de «tener un estudio bíblico allí».

Rivas cree que la oración es vital para que Iglesia Presbiteriana continúe su trabajo de misión y evangelismo en la comunidad de Rio Grande. Llamándolo «una comunicación con nuestro espíritu» y «una manera de conectarse con Dios», ella dice «cuando oramos, pedimos con bondad en nuestros corazones. Pero somos carne y huesos, así que oramos a través del Espíritu Santo, para hacer la voluntad de Dios».

El Director Ejecutivo Interino de la Agencia Presbiteriana de Misión, Tony De La Rosa, visitó la Misión Presbiterana Rio Grande durante las reuniones de la Junta de PMA en Puerto Rico, junto con la Junta del equipo misionero de 1001.

Dice que la comunidad de Río Grande, como la gran mayoría de iglesias presbiterianas, tiene menos de 100 miembros y recursos financieros relativamente limitados. «Y sin embargo están en la comunidad, estableciendo relaciones y participando en la misión», dice De La Rosa. «Traen nueva vida y el mundo de Cristo a la gente de maneras que todos podemos aspirar y aprender a hacer».

Mientras el equipo misionero de 1001 oraba con los líderes de la Iglesia Presbiteriana antes de regresar a las reuniones de la junta en San Juan, Rivas reconoció «lo emocionada» que estaba por su visita.

“It has been a blessing have this group here in our church,” she said. “We thank you for your visit. You are a blessing to us. We are invigorated to continue working and moving forward.”

«Ha sido una bendición tener este grupo aquí en nuestra iglesia», dijo. «Le agradecemos su visita. Han sido una bendición para nosotros. Estamos vigorizados para seguir trabajando y avanzando».

La Coordinadora de 1001 Comunidades de Adoración Vera White también agradeció la visita y cómo la Misión Presbiteriana Rio Grande dio al equipo misionero de 1001 un ejemplo vívido de lo que significa el movimiento 1001 cuando se habla de un «ministerio misionero».


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