La Ofrenda de Paz y Testimonio Global apoya los esfuerzos de reconciliación de la IP(EE.UU.) aquí y en todo el mundo
por Emily Enders Odom
La lavandería local era la capilla de Linda.
Fue allí donde compartió por primera vez su petición de oración, que había estado ocupando mucho su mente y el corazón de su familia, por no hablar de su presupuesto.
En aquel momento, Linda se enfrentaba a un cáncer en etapa 4.
Confesó al pastor y a las personas voluntarias de la Iglesia Presbiteriana de Waynesboro, Pensilvania, que estaban reunidas en torno a Linda y su hija: “Desde que enfermé, mi lavadora y secadora no pueden con el volumen de mantas y ropa de cama”. “Y el gasto de lavar mi ropa habría sido difícil de manejar sin su ayuda”.
La ayuda que se había convertido en un salvavidas para Linda y otras familias de la zona, para las que el creciente coste de la atención sanitaria amenazaba con hundirlas aún más en la pobreza, era el programa de la iglesia “Fresh Start: Loads of Love” (Un nuevo comienzo: Cargas de amor).
“Cada dos meses proporcionamos alojamiento, refrigerios y conexión”, explica la pastora de la iglesia, la Rvda. Caroline Vickery, que trabajó como organizadora comunitaria antes de licenciarse en el Seminario Teológico McCormick. “También llevamos boletines infantiles, papel y marcadores, información sobre nuestra iglesia y otros materiales espirituales, como devocionarios. Siempre vamos el último lunes del mes, ya que las personas que reciben ayudas públicas se quedan sin dinero a final del mes”.
El ministerio comenzó cuando el Comité de Alcance de la iglesia empezó a buscar un programa comunitario que pudiera ser gestionado por una congregación pequeña. Cuando Sarah Stains, persona miembro y del diaconado, descubrió un servicio de lavandería en Instagram, la iglesia decidió probarlo.
Y, como en ese momento estaba viviendo en un apartamento sin lavandería, empecé a utilizar la lavandería cercana para tener ropa limpia y ropa de cama, y tuve que volver a aprender lo costosa que podía ser la ropa limpia”. Lo que me gusta de este ministerio es que es algo factible para una iglesia de nuestro tamaño.”
Pero el programa va mucho más allá de la ropa limpia.
“El otro aspecto importante es que personaliza la pobreza”, afirma Vickery. “Le pone un rostro a la situación”.
Poco después de poner en marcha la iniciativa “Fresh Start”, la congregación recibió la bienvenida en forma de una subvención de $500 dólares de la porción del Presbiterio de Carlislede la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz, que capacita a las congregaciones y a las personas a convertirse en hacedores de paz en sus comunidades y en el mundo.
Tradicionalmente recibida el Domingo Mundial de la Comunión, que este año cae el 6 de octubre, la Ofrenda es única en el sentido de que la mitad de ella está dirigida a los esfuerzos de labor de paz y testimonio global a nivel de la iglesia nacional para abordar problemas críticos en todo el mundo. Veinticinco por ciento es retenido por las congregaciones para el trabajo local de paz y reconciliación, y 25% va a los concilios intermedios para ministerios similares a nivel regional.
“El programa de lavandería de la iglesia de Waynesboro ejemplifica el compromiso constante de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) con la labor de paz”, dijo el Rvdo. Wilson Kennedy, director asociado de Ofrendas Especiales y Apelaciones de la IP (EE. UU.). “Incluso las tareas más sencillas, como lavar la ropa para las personas marginadas de nuestras comunidades, ayuda a sembrar semillas de paz como nos manda Jesús”.
Vickery dijo que desde que los voluntarios de Fresh Start conocieron a Linda y [su hija] L., la familia ampliada ha acudido a muchos de los programas de divulgación de la iglesia.
“Asistieron Linda, L., su hermana y sus dos menores, hijos, que confeccionaron coronas de flores secas, mientras que las criaturas hacían carteles de belén con pegatinas. Tenemos varias fotos preciosas de la familia multigeneracional, que son un tesoro, ya que Linda murió en febrero. Damos gracias a Dios por su vida”
Mientras la Iglesia sigue creciendo en su comprensión de lo que significa vivir la llamada a la pacificación, Vickery tiene una cosa clara.
“Sabemos que Jesús deja claro que la forma en que tratamos a las personas vulnerables es la forma en que tratamos a Jesús”, afirmó.
Y, debido a la donación del presbiterio a la iglesia de la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz, la congregación también recibió su propio “Fresh Start” en el sentido de que la subvención ayudó a la congregación a ver el ministerio bajo una nueva luz, como algo valioso.
“Hay muchas otras iglesias pequeñas que quieren mejorar la vida de las personas de sus comunidades para que el amor de Dios se haga visible a través de sus ministerios”, afirmó Vickery. “Dando a la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz, las personas pueden ayudar a otras iglesias pequeñas a hacer realidad el amor de Dios, en su ciudad y en todo el mundo”.
En busca de la reconciliación en la carretera
LOUISVILLE – Mientras viajaba por el suroeste estadounidense la primavera pasada, Kathy Mitchell se sorprendió.
No tanto por las numerosas vistas que eran nuevas para ella, aunque por supuesto, eran impresionantes como por las historias de sus compañeros de viaje.
“Todo el mundo tiene una historia”, afirma Mitchell, anciana gobernante de la Iglesia Presbiteriana Trinity de Chinle, Arizona, en el corazón de la Nación Navajo. “Todo el mundo merece ser escuchado porque sus historias son hermosas. Las historias de resiliencia, amor, esperanza y triunfo de la gente son especialmente importantes”.
El profundo deseo de Mitchell de compartir la paz y buscar la reconciliación, tanto “con aquellas partes de ti mismo y de lo que estás llamado a ser” como a través de los demás a lo largo del camino de la vida, se desarrolló durante nueve días en la carretera de Albuquerque, Nuevo México, a Phoenix durante el último de los tres seminarios de estudios de viajes organizados en el 2023 por el Programa Presbiteriano de Labor por la Paz.
Las “Tierras Nativas del Suroeste: La Doctrina del Descubrimiento y su Legado Actual” fue un esfuerzo de colaboración con el Presbiterio de Santa Fe y el Sínodo del Suroeste.
El llamado de Mitchell a la labor de paz y la reconciliación, que incluye abordar y tratar de curar el trauma infligido por la Doctrina del Descubrimiento, es posible en parte, gracias a las donaciones a la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz.
Una congregación profundamente comprometida con la sanación y reparación de las naciones y comunidades indígenas, gracias a dos de sus personas miembro que participaron en el seminario, es la Segunda Iglesia Presbiteriana de Richmond, Virginia.
Poco después de regresar a Richmond, Lucretia y Dan hicieron una presentación a su congregación sobre sus experiencias de cambio de vida con el seminario de estudio de viajes. A continuación, presentaron una propuesta al Concilio de Misión y Defensa de la iglesia, que fue aprobada posteriormente por el consistorio, lo que dio lugar a una donación de $10.000 dólares de la iglesia a la IP (EE. UU.) para ayudar con las reparaciones inmediatas y las mejoras necesarias en las iglesias y capillas los Pueblos Nativos Americanos.
Otro aprendizaje clave para McCulley y Ream en este viaje fue ver cómo “las experiencias de los Pueblos diferían de las de la nación Navajo y las de la Comunidad India del Río Gila”. Afirmaron que los encuentros cara a cara durante el viaje les ayudarían a “pensar siempre en los pueblos originarios como individuos” en el futuro.
“A veces se tiene la idea errónea de que todas las personas nativas americanas son iguales, pero todas somos enormemente diferentes”, observó Mitchell.
Sin embargo, las interacciones interpersonales no siempre fueron fáciles.
“Tuvimos momentos en los que fue difícil decir la verdad, pero decir la verdad con amor también es muy importante”, añadió. “Realmente me transformó. Puesto que la verdad y la reconciliación es a lo que vino Jesús, es importante que estemos en ese corazón de aprendizaje y en ese corazón de sanación y reconciliación, que es importante para nosotros como hermanos y hermanas en Cristo”.
McCulley y Ream dijeron que esa es exactamente la razón por la que la Segunda Iglesia Presbiteriana apoya cada año la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz.
“Nos comprometemos a compartir nuestros dones para ayudar a hacer frente a los sistemas de conflicto e injusticia en el mundo”, afirmaron. “También tenemos que vivir el compromiso de la denominación con la paz y la justicia en nuestras comunidades y en todo el mundo. Las pequeñas y grandes contribuciones a la Ofrenda colaboran para lograr cambios significativos en favor de la paz en los lugares que nos importan”.
Ministrar a migrantes al borde de la desesperación
La difícil situación de los miles de migrantes en su El Salvador natal no deja dormir a Carmen Elena Díaz.
“Conociendo sus experiencias, sus historias y ministrando a las personas migrantes, mi vida se ha transformado”, dijo Díaz. “Sus historias te marcan, te transforman, te sensibilizan. Te hacen darte cuenta de lo duro y difícil que es este tema”.
Y la migración es un tema que Díaz conoce muy bien.
Como persona miembro del comité ejecutivo y coordinadora del Ministerio Educativo de la Iglesia Calvinista Reformada de El Salvador (IRCES), Díaz ayuda a coordinar el ministerio de migrantes de su denominación con decenas de personas deportadas y desplazadas.
Abordar el terror y el dolor de migrantes en un país caracterizado por elevados índices de violencia, volatilidad política, alto desempleo y pobreza creciente implica examinar no sólo las soluciones inmediatas, sino también éstas y otras causas profundas de la migración que han llevado a tantas personas en El Salvador a huir de su patria.
Joseph Russ, que trabaja en estrecha colaboración con Díaz y sus colegas del IRCES, es coordinador de la Misión Mundial Presbiterianapara asuntos de migración, defensa y misión en el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala). Nombrado en el 2022 como resultado de una moción aprobada por la 223a Asamblea General (2018), Russ se ha dedicado desde entonces a tender puentes entre diferentes organizaciones y a fortalecer los esfuerzos de defensa en la región.
“Juntas, diversas organizaciones trabajan para construir una sociedad que respete mejor los derechos humanos”, dijo Russ. “Trabajan por un futuro en el que las personas puedan permanecer en sus países de origen, en el que a quienes migran se les respeten sus derechos cuando lo hacen, y en el que quienes repatrian puedan reintegrarse en sus países de retorno”.
Refiriéndose al importante papel que desempeña la iglesia en la región, Russ dijo que IRCES ha entretejido una cultura de paz en las oportunidades de educación informal, así como a través de programas para la juventud, grupos de apoyo psicosocial y edificación de comunidades.
Tales esfuerzos, incluido el lanzamiento en marzo del 2024 de la Red de Misión y Migración en Mesoamérica con una conferencia inaugural en El Salvador, son posibles, en parte, gracias a las donaciones a la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz.
“Esta nueva red reúne a organizaciones de El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Estados Unidos para abogar por políticas más justas en torno a la migración, educar a las personas sobre la misma y cómo trabajar por el cambio, y apoya el desarrollo de proyectos comunitarios locales”, dijo Russ. “Reúne los esfuerzos en curso para abordar las raíces de la violencia y sembrar las semillas de la paz mediante la transformación social en los corazones y las mentes de las personas, en las políticas públicas y en las comunidades locales”.
También asistió al lanzamiento de la red el Anciano Anton Ahrens, de la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad de Topeka, Kansas, en el Presbiterio del Norte de Kansas.
“La conferencia fue asombrosa porque me ayudó a comprender el contexto de la migración y a escuchar historias de migración”, dijo Ahrens. “Me hicieron ver las cosas de una manera distinta a como las veía antes. Escuchar a [una mujer llamada] Margarita contar su historia después de tener que decidir, tras la partida de su esposo, si migrar o no; si viajaría con sus dos hijas. Y cuando fui a verla y hablé con ella de eso, se me quitaron un poco mis nociones preconcebidas y mi comprensión percibida. La semana estuvo llena de experiencias como ésa”.
Como uno de los más de 50 asistentes a la conferencia, Díaz sintió fuerza y esperanza en esas cifras.
“Por eso es importante la formación de esta red”, dijo, “para poder articularnos y así tener más impacto. El impacto es menor cuando trabajas solo”.
Una de las señas de identidad de la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz es el apoyo fundamental a proyectos de colaboración en materia de educación y testimonio cristiano como la red de migración.
“Apoyar la participación del Programa Presbiteriano de Labor por la Paz y conectar a más del 20% de participantes en el lanzamiento de la nueva Red de Misión y Migración en Mesoamérica a través del Programa Internacional de Hacedores de Paz son testimonio de la inestimable labor de reunir a las personas para que aprendan y tomen acción”, afirmó Russ.
De las cuatro Ofrendas Especiales de la IP (EE. UU.), Ahrens dijo que Testimonio Global y de Paz es la Ofrenda con la que se siente “más conectado”.
“Todas las Ofrendas son estupendas y necesarias, pero no creo que otras Ofrendas ofrezcan a las personas en los bancos lo que ofrece la Ofrenda de Testimonio Global y de Paz”, afirmó. “Es la capacitación para todos los niveles: local, presbiterial y nacional”.
You may freely reuse and distribute this article in its entirety for non-commercial purposes in any medium. Please include author attribution, photography credits, and a link to the original article. This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDeratives 4.0 International License.