El don de la paz en una época de agitación

Gracias a la Ofrenda de Gozo de Navidad, una educadora de la iglesia y su familia reciben ayuda de emergencia en su momento de mayor necesidad

por Emily Enders Odom

Jenni Whitford (Contributed photo)

LOUISVILLE – Hace casi 20 años, una sola llamada telefónica puso patas arriba el mundo de Jenni Whitford.

Whitford y su joven familia acababan de regresar de vacaciones cuando llamaron del lugar de trabajo de su esposo.

“Volví a casa de una reunión del consistorio y recibí una llamada de que mi esposo, Ken, había sufrido un colapso”, recordó Whitford, que entonces trabajaba como educadora cristiana a tiempo parcial en su iglesia natal, la Primera Presbiteriana de Jackson, Michigan. “Cuando me preguntaron si podía venir al hospital de inmediato y si tenía a alguien que se quedara con mis menores, les dije: ‘No, se vienen conmigo'”.

Nada más llegar al hospital, Whitford y sus dos menores, de 9 y 12 años, se enteraron de que Ken Ellis, de 36 años, un esposo y padre entregado, para quien lo más importante en la vida eran sus menores, había muerto de un aneurisma aórtico.

“Con una muerte, empiezan a ocurrir tantas cosas a la vez”, dice Whitford.

Y como era su esposo quien había llevado el seguro médico de la familia, se enteró de que su cobertura sólo se pagaba hasta final de mes.

“Fue una época difícil porque la niñez era muy joven”, dijo Whitford. “Sabía que necesitaban vacunas y revisiones de salud infantil. Daba mucho miedo. El hecho de que una visita al hospital pudiera costarle $20,000 dólares, eso siempre estaba en mi mente. Sabíamos que podíamos comprar COBRA, que era súper caro. Todas las personas se sentían muy mal por mí”.

Es más, Whitford no sólo acababa de perder a su marido, sino que anteriormente había enviudado a los 23 años, y estaba embarazada de su hija, cuando su primer esposo murió trágicamente en un accidente de moto.

“Que fallecieran dos esposos fue tan extraño y horrible”, dijo. “A muchas personas les llamó la atención y quisieron ayudar”.

Como Whitford siempre ha estado muy vinculada a la iglesia, su pastor estuvo inmediatamente a su lado para ofrecerle tanto consuelo como consejo.

“Como yo estaba familiarizado con las cuatro ofrendas denominacionales de la IP (EE. UU.) en ese momento, le recomendé a Jenni que la Ofrenda de Gozo de Navidad estaba ahí para ayudar a los trabajadores de la iglesia en tiempos de necesidad”, dijo el Rvdo. Jim Hegedus, un miembro honorablemente jubilado del Presbiterio Lake Michigan, que fue el antiguo pastor de Whitford en la Primera Presbiteriana. “Jenni era una trabajadora de la iglesia y sin duda se encontraba en una situación de necesidad desesperada e inesperada. ¡Qué bendición y qué salvavidas fue el programa de la Ofrenda de Gozo de Navidad para Jenni y su familia en ese momento tan triste y desgarrador!”

Al enfrentarse a un reto financiero tan grande en un momento de “caos, agitación y enormes emociones”, Whitford encontró justo el apoyo que necesitaba a través del Programa de Asistencia de la Junta de Pensiones. La agencia de confianza IP (EE. UU.), en alianzas con el Presbiterio Lake Michigan, le concedió ayuda inmediata y de emergencia cubriendo las primas médicas de la familia durante dos años.

El generoso apoyo que recibió fue posible, en parte, gracias a la Ofrenda de Gozo de Navidad anual de la IP (EE. UU.), una apreciada tradición presbiteriana desde la década de 1930, que distribuye donativos a partes iguales al Programa de Asistencia y a las escuelas y universidades relacionadas con el pueblo presbiteriano que equipan a las comunidades de color.

“Es un testimonio de la Ofrenda de Gozo de Navidad que, después de casi dos décadas, el recuerdo de la ayuda que recibió la Sra. Whitford la haya impulsado a compartir su historia”, declaró Ruth Adams, directora del Programa de Asistencia. “Aunque el regalo de la Sra. Whitford es anterior a mi etapa en la Junta de Pensiones, es un maravilloso reflejo de cómo la denominación está en su mejor momento conectivo cuando trabaja unida. Ese es el impacto duradero que tiene la Ofrenda de Gozo de Navidad, y por lo que estoy orgullosa de ser una pequeña parte del legado de este programa”.

Desde noviembre del 2022, Whitford es directora de Formación en la Fe de la Congregación en la Primera Iglesia Presbiteriana de Granville, Ohio. Y aunque dice que “la vida es más o menos normal” para ella ahora, tener la tranquilidad que la Ofrenda le proporcionó entonces le salvó la vida.

“Me permitió centrarme en mis menores y no estar preocupada por eso”, dijo. “Ya tenía bastantes preocupaciones”.

Hoy en día, esa “niñez” forma parte de una familia más amplia y mixta que también incluye al hijo y a la hija de su actual esposo, Chris Whitford.

Jenni Whitford is pictured with her blended family. (Contributed photo)

Whitford dijo que, como educó a su familia en la iglesia, sus menores le decían que si necesitaban algo, incluso hoy, sabrían exactamente a quién llamar.

Y ella también.

“Como hay tantas personas que no conocen el programa o que podrían ser elegibles, he compartido mi historia varias veces en las dos congregaciones donde he trabajado y en una reunión del Presbiterio Scioto Valley, donde está mi iglesia ahora”, dijo Whitford. “Pero como es algo que hay que repetir cada tres o cuatro años, probablemente necesite compartirlo de nuevo para que las personas sepan que la oportunidad está ahí, como lo estuvo para mí”.

Whitford también considera que es su responsabilidad no sólo compartir su historia, sino también compartir sus dones con las congregaciones más pequeñas que no pueden permitirse tener educadores en plantilla. Es sólo una de las muchas formas en que practica la generosidad hacia quienes han sido, y siguen siendo, tan generosos con ella.

“Es en esa gran nube de personas testigos en la que pienso”, dijo Whitford. “Personas que no conozco ni conoceré nunca que donaron generosamente a la Ofrenda de Gozo de Navidad para ayudar a personas como yo”.