Los padres son socios valiosos en el ministerio y juegan un papel vital en el procesamiento de los eventos mundiales; entonces, ¿cómo apoyamos a los padres en esta importante obra de fe? Cuando nos aliamos con los padres, podemos equiparles y animarles a que dediquen un tiempo a sus jóvenes, a que hagan una pausa, a que oren juntos, a que compartan una comida y a que hablen de lo que está ocurriendo.